EMBARAZO Y EJERCICIO

El tema cambia cuando se trata de mujeres sedentarias: o continúa con tal condición o se decide a hacer ejercicio físico, incentivada por motivaciones de salud o estética.
Evidentemente, la embarazada sedentaria debe ser entrenada
con las mismas precauciones con que se debe asistir a cualquier sedentario, agregando las precauciones propias del embarazo.
Independiente de la condición al iniciarse el embarazo, el ejercicio físico es benéfico no sólo para la madre sino también para el feto. Dentro de los beneficios, que son muchos, se puede destacar algunos, por ser fundamentales:
Cardiovascular.- Este aspecto se beneficia en la madre y en el feto, facilitando el transporte de oxígeno, desde la madre al feto. En este proceso, la madre, como adaptación al ejercicio, aumenta la concentración de Hemoglobina (glóbulos rojos), favoreciendo la absorción de Hierro, evitando así desarrollar Anemia.
Fortalecimiento muscular.- Este aspecto favorece en varios sentidos: Por una parte la madre mejorará la musculatura que ayuda en el momento del parto (Perineal y abdominal). También fortalecerá el anillo lumbar cuidando así su columna. Además, al ejercitar grandes grupos musculares, favorecerá la absorción de glucosa, mediante el incremento de Glut1 y Glut4, al tiempo que hace uso del glucógeno muscular, bajando las posibilidades de desarrollar Diabetes Gestacional . En otro aspecto, las tracciones ejercidas por los músculos sobre los huesos, promueven la retención de calcio, evitando la descalcificación.
Emocional.- Sin duda la preocupación por el parto, provocan en la embarazada el llamado stress de embarazo, responsable de partos prematuros y otras consecuencias. El ejercicio físico disipa tensiones y evita en gran medida el stress, por la importante secreción de Beta endorfinas.
En términos generales, los ejercicios debe ser suaves, sin saltos, sin giros bruscos y sin riesgo de caídas. El plan de ejercicios debe contemplar aeróbicos, localizados, elongaciones y relajación.
Emocional.- Sin duda la preocupación por el parto, provocan en la embarazada el llamado stress de embarazo, responsable de partos prematuros y otras consecuencias. El ejercicio físico disipa tensiones y evita en gran medida el stress, por la importante secreción de Beta endorfinas.
En términos generales, los ejercicios debe ser suaves, sin saltos, sin giros bruscos y sin riesgo de caídas. El plan de ejercicios debe contemplar aeróbicos, localizados, elongaciones y relajación.
El ejercicio debe ser descontinuado si se presentan los siguientes síntomas:
- Sangramiento o flujo vaginal, contracciones persistentes, dolor abdominal, ausencia de movimientos fetales, dolor de cabeza intenso y persistente, vértigo o desfallecimiento, frecuencia cardíaca y presión arterial alta una vez terminado el ejercicio, fatiga excesiva, palpitaciones o dolor al pecho, insuficiente ganancia de peso, edema súbito. (Consultar especialista)
Además los beneficios post parto, en relación a estética y recuperación del metabolismo normal, depresión y otros, justifica totalmente la ejercitación en esta etapa.
- Sangramiento o flujo vaginal, contracciones persistentes, dolor abdominal, ausencia de movimientos fetales, dolor de cabeza intenso y persistente, vértigo o desfallecimiento, frecuencia cardíaca y presión arterial alta una vez terminado el ejercicio, fatiga excesiva, palpitaciones o dolor al pecho, insuficiente ganancia de peso, edema súbito. (Consultar especialista)
Además los beneficios post parto, en relación a estética y recuperación del metabolismo normal, depresión y otros, justifica totalmente la ejercitación en esta etapa.