ADULTO MAYOR EN MOVIMIENTO

La masa metabólica activa - El tamaño y función de los músculos - El VO2 máximo - El sistema esquelético - La respiraciónEl aparato cardiovascular - Los riñones - Las glándulas sexuales - Los receptores sensoriales - La médula ósea y los glóbulos rojos.
Pero la situación cambia si hablamos del papel del Ejercicio físico en adultos mayores que han mantenido una disciplina de ejercicio durante toda su vida, o si hablamos del ejercicio que deben hacer los adultos jóvenes de hoy, para llegar mostrando otra realidad después de los 60 años.
Entonces, al referirnos a ejercicio físico en el adulto mayor debemos hablar desde al menos dos escenarios:
1.- Adultos mayores activos
2.- Adultos mayores sedentarios
El primer grupo, representa la gran minoría y corre con una ventaja: Sabe entrenar, conoce sus alcances y limitaciones, porque ha entrenado toda la vida.
El segundo grupo, la gran mayoría, altamente deteriorados por el sedentarismo, no sabe entrenar, por tanto son sometidos a la prescripción de ejercicio, por parte de profesores y/o entrenadores, que deben partir por una exaustiva evaluación, si quieren ser consecuentes con las necesidades y limitaciones del adulto mayor en cuestión.
Una clasificación difundida de la tercera edad, habla de tres etapas claramente definidas:
Grupo Adulto, entre 45 y 60 años (sedentario y con riesgos de deterioro en su salud Sicológica, Aparato locomotor (accidentes y posturales), Cardiovasculares (Síndrome metabólico) y otros.
Grupo Clásico, entre 60 y 80 años, con manifiestos deterioros en los aspectos mencionados en el grupo anterior, generalmente medicados y con riesgos neoplásicos.
Grupo Senil, sobre 80 años. Generalmente con grandes deterioros en los aspectos señalados, especialmente en lo sensorial, con gran dependencia medicamentosa y con importantes componentes de abandono en lo sicológico-social.
Para cualquiera de estas étapas, es recomendable la realización de ejercicios físicos variados, que incluyan la Resistencia aeróbica, Musculación, Flexibilidad y Relajación.
Es importante mencionar que a medida que el adulto mayor, va abandonando sus prácticas laborales, su vida social se va deteriorando, lo que hace indispensable las actividades (entrenamientos) grupales y de esparcimiento.
Cabe destacar de las sesiones de entrenamiento:
Frecuencia.- Se aconseja entre tres y cinco días a la semana, para los 2 primeros grupos. Para el Senil, actividades de la vida diaria (asistida en caso de no ser autovalente), todos los días.
Intensidad.- Usando Karvonen, no sobrepasar el 70 y 50% en los dos primeros grupos, evitar fatiga en el grupo Senil. Considerar reducir el porcentaje de trabajo, si la persona está ingiriendo Betabloqueadores (bajan la FC en reposo).
Duración.- No llevar las sesiones más allá de 90 y 60 minutos, en los dos primeros tramos, considerando todas las fases del entrenamiento. En el grupo Senil, 10 a 15 minutos, intentando evitar fatiga.
Mucho más se puede decir al respecto, sin embargo, lo más importante es plantear una interrogante a los adultos mayores del año 2030 en adelante:
¿Serán éstos, ciudadanos con los mismos problemas y riesgos de salud que los adultos mayores de hoy, o serán adultos mayores activos, que por su quehacer físico sistemático, presenten otra realidad, hasta ahora insospechada para nuestra cultura occidental?
De nosotros, los Educadores Físicos, depende.